Donald Trump, el 45.º presidente de los Estados Unidos, fue una figura política polarizadora cuyas decisiones y políticas generaron controversia tanto a nivel nacional como internacional. Su mandato, de 2017 a 2021, estuvo marcado por decisiones que dividieron a la sociedad estadounidense y alteraron profundamente las relaciones internacionales. A continuación, se analizan algunas de sus decisiones más polémicas, ampliadas con más detalles para reflejar la magnitud de la controversia que sus acciones generaron.
1. Prohibición de Viajes a Países Musulmanes ("Travel Ban")
Una de las primeras decisiones ejecutivas de Trump fue la "prohibición de viajes" emitida en enero de 2017, que restringía la entrada a los Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana: Irán, Irak, Siria, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Esta política fue anunciada como una medida de seguridad nacional para evitar que personas vinculadas al terrorismo ingresaran al país. Sin embargo, la prohibición fue vista por muchos como un acto de discriminación religiosa y un ataque directo a los musulmanes.
La respuesta fue inmediata: se generaron protestas masivas en aeropuertos y otras ciudades, y se impugnó legalmente en varios tribunales. El caso llegó finalmente a la Corte Suprema, que, en una decisión dividida, permitió que la versión revisada del veto permaneciera en vigor. Aunque Trump argumentó que la política era necesaria para proteger al país, muchos vieron esta decisión como una forma de estigmatizar a una religión entera y alimentar el miedo hacia los musulmanes.
Además, la implementación de la medida estuvo marcada por la confusión y la falta de claridad, lo que resultó en una aplicación desorganizada en aeropuertos y centros de detención. La controversia se intensificó cuando se reveló que la política había sido diseñada con un enfoque selectivo, ya que, notablemente, no incluía a países de los que Trump tenía intereses comerciales o vínculos personales.
2. Retiro del Acuerdo de París sobre Cambio Climático
En 2017, Trump anunció la retirada oficial de Estados Unidos del Acuerdo de París, el acuerdo global que tenía como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático. Trump justificó esta decisión diciendo que el acuerdo perjudicaba a la economía estadounidense, especialmente a los trabajadores de la industria del carbón, y favorecía injustamente a otros países como China e India, los cuales, según él, no estaban obligados a reducir sus emisiones con el mismo nivel de responsabilidad.
El retiro del acuerdo fue una de las decisiones más controvertidas de su presidencia, ya que muchas voces, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, lo consideraron un paso atrás en la lucha global contra el cambio climático. Líderes de todo el mundo, incluidos los de la Unión Europea, China y Canadá, condenaron la decisión, y los activistas por el clima señalaron que este acto podría poner en peligro el futuro del planeta. A nivel doméstico, también hubo una fuerte oposición, incluidos líderes de gobiernos estatales y grandes empresas tecnológicas como Google, Apple y Tesla, que se comprometieron a continuar con los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono a pesar de la retirada de EE.UU. del acuerdo.
Trump, sin embargo, defendió su decisión como parte de su enfoque "América Primero", asegurando que era necesario priorizar los intereses económicos del país por encima de los compromisos internacionales. A pesar de las críticas, su administración comenzó a desmantelar regulaciones ambientales a nivel federal, lo que amplió aún más la brecha entre las políticas climáticas de su gobierno y las de otros países.
3. Política de "Tolerancia Cero" y Separación de Familias
Una de las políticas más polémicas de la administración Trump fue la implementación de la política de "tolerancia cero" en la frontera sur, que buscaba procesar penalmente a todos los inmigrantes indocumentados que cruzaran la frontera ilegalmente. Esta política resultó en la separación de miles de niños de sus padres, quienes fueron detenidos en centros de detención mientras se procesaban los casos de sus padres. Las imágenes de niños llorando, algunos en jaulas, generaron una condena internacional y una fuerte crítica interna.
La respuesta pública fue contundente: miles de estadounidenses, incluidos políticos republicanos y demócratas, condenaron la medida como inhumana. Las organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, la calificaron como una violación de los derechos de los niños. Aunque Trump eventualmente retrocedió y firmó una orden ejecutiva para poner fin a las separaciones familiares, muchos padres nunca pudieron ser reunidos con sus hijos, lo que generó una crisis humanitaria. La política también afectó profundamente la imagen de Estados Unidos en el mundo como defensor de los derechos humanos.
Aunque Trump defendió su política argumentando que era necesario para disuadir la inmigración ilegal, la política fue ampliamente vista como cruel y un intento de utilizar tácticas de miedo para frenar la migración. La controversia persiguió a la administración hasta el final de su mandato.
4. Reconocimiento de Jerusalén como la Capital de Israel
En diciembre de 2017, Trump anunció el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y ordenó el traslado de la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén. Esta decisión rompió con décadas de política exterior estadounidense, que había mantenido que el estatus final de Jerusalén debía ser determinado por negociaciones entre Israel y los palestinos.
El movimiento fue recibido con júbilo en Israel, donde muchos lo consideraron un triunfo para el país. Sin embargo, en el mundo árabe y musulmán, así como entre los palestinos, fue visto como una agresión a su causa. El reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel fue considerado como un respaldo unilateral a las demandas israelíes sobre la ciudad, que los palestinos también reclaman como su capital.
Las reacciones a nivel internacional fueron mixtas. Algunos aliados de EE.UU., como el Reino Unido y Francia, expresaron su preocupación, mientras que países como Turquía y Jordania condenaron enérgicamente la decisión. En el ámbito interno, la medida también generó un gran debate, ya que muchos consideraron que aumentaría las tensiones en Oriente Medio y podría poner en peligro los esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos.
5. Negación de la Gravedad de la Pandemia de COVID-19
La gestión de la pandemia de COVID-19 fue uno de los aspectos más criticados del mandato de Trump. Desde el principio de la crisis, Trump minimizó la amenaza del virus, lo que generó confusión y desinformación. A pesar de las advertencias de expertos en salud pública, Trump hizo declaraciones públicas restando importancia al virus, diciendo que "desaparecería por sí solo" y que era "solo una gripe más".
A medida que el virus se extendía y los números de contagios y muertes aumentaban, Trump siguió promoviendo teorías no científicas, como la idea de inyectarse desinfectante para curar el COVID-19, lo que resultó en una condena generalizada. Además, desoyó las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre el uso de mascarillas y la implementación de medidas de distanciamiento social.
La falta de una respuesta coherente y unificada ante la crisis de salud pública contribuyó al alto número de muertes y contagios en los Estados Unidos, que superaron los 700,000 durante su mandato. La postura de Trump fue vista por muchos como una forma de evadir la responsabilidad y priorizar los intereses políticos por encima de la salud pública. Mientras tanto, los estados enfrentaban situaciones de colapso en sus sistemas de salud, y el país experimentaba una profunda crisis económica debido a los confinamientos y cierres de negocios.
Además, la respuesta de Trump ante la crisis fue un factor importante durante las elecciones de 2020, en las que la gestión de la pandemia fue un tema central de discusión. Su falta de liderazgo en un momento tan crucial fue uno de los factores que influyó en su derrota ante Joe Biden.
6. La Insurrección del 6 de Enero de 2021
Aunque esta decisión ocurrió después de su mandato, no puede dejar de mencionarse como una de las controversias más significativas en la historia moderna de EE.UU. El 6 de enero de 2021, una multitud de seguidores de Trump asaltó el Capitolio de EE.UU. en un intento de revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, que Trump había perdido ante Joe Biden. Trump había pasado semanas promoviendo teorías conspirativas de fraude electoral y alentando a sus seguidores a protestar en Washington.
El asalto al Capitolio resultó en muertes, múltiples heridos y una crisis de seguridad nacional. Mientras la violencia ocurría, Trump se negó inicialmente a condenar las acciones de sus seguidores y, en cambio, reiteró su alegación de que las elecciones fueron fraudulentas, lo que solo alimentó más la indignación y división.
Tras el asalto, la Cámara de Representantes votó para acusarlo de "incitación a la insurrección", convirtiéndolo en el primer presidente de la historia de EE.UU. en ser sometido a un segundo juicio político. Aunque el Senado lo absolvió, el ataque al Capitolio marcó un punto de inflexión en su presidencia y reflejó cómo sus políticas y retórica contribuyeron a una polarización extrema en la sociedad estadounidense.
Estas decisiones, entre muchas otras, consolidaron la presidencia de Trump como una de las más controvertidas en la historia reciente de Estados Unidos, dejando un legado de división y un debate continuo sobre su impacto en la política nacional e internacional.